
Vivimos pegados a uno. Con él nos informamos y nos entretenemos a partes iguales. Nos permite mantener el contacto con familiares y amigos e incluso hacer nuevas amistades. Sin embargo, ¿conocemos todo el proceso que hay detrás de la preparación de un móvil smartphone?
Nadie pone en duda a estas alturas que el teléfono móvil inteligente es uno de los inventos clave, sino el que más, desde el pasado siglo XX. Las opciones que nos da son mucho mayores de las que nos quita, como por ejemplo poder saber lo que ocurre en el momento en la otra parte del mundo con las apps de redes sociales como Facebook, apostar en directo en casas como 888Sport.es e incluso encontrar pareja con las aplicaciones de última creación como Tinder.
Fabricar un invento así no es nada sencillo, y detrás del origen de cada uno de los modelos de las grandes marcas como pueden ser Apple, Samsung y Xperia, se encuentra la labor incansable de los trabajadores tecnológicos. Por todo esto, hoy vamos a desentrañar un poco la cadena de creación de un smartphone, desde la idea o el proyecto de la marca hasta su embalaje y su definitiva venta al público, con el correspondiente feedback que es siempre pertinente.
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El testeo de los componentes es lo más importante
Como todo gran invento de este siglo o el pasado, antes de la salida al público del mismo se hace necesaria su prueba hasta el último detalle. Un smartphone no puede llegar al público si está defectuoso, o de lo contrario este dará una imagen terrible de la compañía como sucede con Samsung y el modelo al que le explotaba la batería.
La cámara, la batería, la conectividad a internet y hasta la dureza de la carcasa. En un dispositivo móvil smartphone se prueba todo, y los testeos se prolongan durante semanas antes de que un producto dado como finalizado salga al mercado. Por tanto, el móvil que finalmente utilizamos en nuestro día a día pasa antes por manos robóticas de la cadena de montaje y manos humanas de operarios.
Las fábricas donde se preparan estos productos cotidianos son, en ocasiones, auténticos centros de residencia donde todos los empleados tienen acceso a diversos programas internos como cafeterías y gimnasios. No en vano el proceso de creación de un smartphone implica al máximo a los trabajadores que pasan allí jornadas completas.
El ritmo de producción es bastante alto
Desde los detalles más aparentemente insignificantes hasta los más importantes, la producción de los móviles se realiza a un gran ritmo de trabajo. Siempre hay que tener en cuenta el gran mercado que existe, y la oferta de productos no puede ser menor en ningún caso al número de demandantes.
Se escoge hasta el tipo de música que va a llevar el teléfono, por lo que aquí se ve que no existe ni un solo apartado que sea dejado al azar. Un equipo de psicólogos se reúne también para implantar esta y otras cuestiones como las diferentes tonalidades que componen el smartphone. El objetivo es no estresar al usuario y que este se sienta cómodo al utilizar el dispositivo en cualquier ocasión.
La batería es un tema delicado
Tras la crisis de producción y comunicación que tuvo Samsung, las empresas de productos tecnológicos como móviles smartphones se centran mucho más en el apartado de la batería. Sople también tuvo y tiene problemas en este sentido, pero más encaminado a la duración de la misma.
El embalaje, el circuito eléctrico y demás componentes internos se miran con lupa también en este momento pues un error de esta parte puede resultar en fallos en la batería. Además el móvil puede llegar a prender con tan solo un fallo en la electricidad, y el dinero invertido en toda la creación vuelve a verse comprometido.
Embalaje final y puesta en venta
Solo cuando se da por válido el resto del proceso de producción se puede llevar a cabo el embalaje. Esta parte es una de las más importantes y donde más atención si cabe tienen que poner los empleados de las diferentes compañías. La razón es clara: un error al final puede dar al traste con meses de trabajo.
Entonces se procede a su venta y llega a nuestras manos, donde se produce el paso definitivo: el feedback por parte de los usuarios. Si existe algún error evidente, la compañía puede tener una crisis. Por ello un factor clave también es preparar una buena estrategia de comunicación de crisis durante el periodo de fabricación.
El coste del producto final siempre va a depender de la inversión introducida en su fabricación. No obstante, en muchos casos se paga más por la marca que acompaña al producto, por el logotipo, que por lo que realmente puede llevar el teléfono en su interior o para su correcto funcionamiento.