
En este blog hemos hecho siempre mucho hincapié en todo lo que tiene que ver con la maternidad. No solo porque algunas colaboradoras de Comosehaceun.com son madres, sino porque creemos que la maternidad es uno de los fenómenos más bellos, plenos e inspiradores que puede vivir una mujer. Por eso en este artículo te vamos a explicar cómo son los cuidados del recien nacido.
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COMO CUIDAR A UN BEBE
Cada día son más las madres primerizas que buscan en Internet consejos y ayuda para saber cómo cuidar a sus bebés recién nacidos. Lo cierto es que el momento en que los nuevos padres llegan a casa con su pequeño, cuando el jaleo de amigos y familia comienza a disiparse, puede presentarse lleno de incertidumbres por culpa de la inexperiencia. Aunque muchos piensan que el instinto maternal es algo innato, que todas llevamos dentro, cuando te encuentras sola con tu bebé y ves que empieza a llorar porque tiene hambre o está incómodo, un momento de angustia e inseguridad se agarrota en el estómago de cualquiera que afronta por primera vez esa experiencia.
Para tratar de evitar en la medida de lo posible estos malos tragos a las madres primerizas, hemos consultado a un grupo de madres experimentadas sobre cómo debe cuidarse a un bebé recién nacido y de esta encuesta han surgido los siguientes consejos.
La preparación antes del parto es fundamental
Aunque antes de dar a luz lo que más te preocupa es el parto, es importante que tú y tu pareja dediquéis algo de tiempo a pensar cómo os organizaréis cuando estéis de regreso en casa con vuestro pequeño bebé. Muchas madres primerizas se preocupan demasiado de las clases de preparación al parto ya que sienten miedo ante una situación que nunca han vivido. Es algo natural que nos ocurre a todas la primera vez. Sin embargo, el miedo físico a los dolores del parto es algo que gracias a la oxitocina que el cuerpo humano segrega de modo natural termina por olvidarse. Por eso debes dedicar algo de tiempo, aunque solo sea una mínima parte, a organizar y diseñar tu nueva vida junto a tu recién nacido.
Preparación para la lactancia
Trata de buscar a alguien que te pueda asesorar sobre cómo llevar a cabo la lactancia si piensas darle el pecho tú misma. Es importante que te expliquen cómo debe realizarse antes de que el niño haya nacido, ya que luego te puedes encontrar perdida y angustiada si el niño no quiere o no puede mamar por cualquier razón. Es mejor que estés preparada y bien documentada ante cualquier inconveniente que pueda surgir, ya que generalmente las enfermeras que te atenderán no se preocuparán mucho de enseñarte cómo debe hacerse.
La alimentación de los padres
Por culpa de la toxoplasmosis —que impide a muchas embarazadas la ingesta de embutidos—, muchas embarazadas suelen preparar bandejas con jamón, chorizo o lomo para poder comer embutido nada más llegar a casa tras el parto. Pero no solo hay que tener en cuenta este detalle, ya que durante los primeros días vuestra vida será una locura y tal vez os convenga tener unas cuantas comidas congeladas por si no encontráis tiempo para cocinar.
Además, en muchas ocasiones, durante el tiempo que estés ingresada, puede ser que se queden en tu casa algunos miembros de tu familia (sobre todo si son de fuera). Por eso también es conveniente que dejes algo preparado para estos invitados. Aunque no les importe comer y cenar fuera, siempre está bien dejar algo para que puedan desayunar durante esos días.
Como se coge a un bebe
Los niños recién nacidos parecen tan frágiles que al cogerlos da la sensación de que se pueden romper si no se hacen las cosas bien. Por eso, antes de cogerlos, hay que saber unas mínimas normas básicas: hay que tomarle con delicadeza y prestando especial atención a la espalda y a la cabeza.
Para no moverle más de la cuenta, lo mejor es meter una mano entre su espalda y la cuna tratando de que su cabecita quede sujeta por tu antebrazo. Rápidamente tienes que llevarlo hacia tu cuerpo para que se sienta protegido. Una vez que lo tienes abrazado, lo más recomendable es sentarse para poder cambiarlo de posición con seguridad: erguido, pero sin soltarle la cabeza, si quieres sacarle los gases; sobre tu regazo; boca abajo reposando totalmente sobre tu antebrazo;…
Como se baña a un bebe
El momento del baño suele ser el que más miedo provoca en una madre primeriza. Cuestiones sobre la postura, la temperatura del agua, o cómo sujetarle pueden convertirse en un mar de dudas. Es conveniente que antes de comenzar el baño hayas preparado y acercado hasta la bañera todo lo que te pueda hacer falta: champú y jabón neutro para bebés, toallas, pañales, ropa limpia,…
Tras la preparación, lávate bien las manos y evita al máximo las corrientes. Por eso puede ser conveniente que cierres las ventanas y la puerta del baño en el que vas a lavar a tu hijo. La temperatura del agua debe ser muy similar a la corporal así que oscilará entre los 35º y 37º. Lo mejor para medir la temperatura es un termómetro de baño. Si careces de él, puedes guiarte con el codo o la cara interior de la muñeca para saber si el agua está a la temperatura adecuada.
Cuando hayas desnudado al bebé, antes de sumergirlo en el agua, debes limpiar con una toallita las zonas que han estado en contacto con el pañal, así como la cara y las orejas. Entonces debes sujetarlo con el antebrazo derecho de tal forma que tanto el culito como su cabeza queden apoyados en tu antebrazo. Entonces podrás acercarlo a la bañera y comenzar a rociarlo con agua con la mano que te queda libre. Ese será también el momento en el que puedas lavarle la cabecita con un poco de champú.
A la hora de sumergirlo en el agua, hay que agarrarle por las axilas y el culito, y nunca debes introducirle la cabeza. Además, es muy recomendable hablarle y sonreírle para que se sienta a gusto y no se asuste. También es muy importante secarle correctamente todo el cuerpo y vestirle de arriba hacia abajo para que no pierda mucho calor corporal.
Como cuidar el ombligo y el cordon umbilical
Una de las zonas más delicadas de un recién nacido es el área del ombligo. Mientras está cicatrizando hay que lavar la zona con alcohol de 70º y cubrirlo con una gasa limpia. Señales como mal olor, color muy rojo o supuraciones te estarán marcando una visita al pediatra que comprobará si hay alguna infección.